Estado de México

Nadie hizo caso de nuestras denuncias, y ahora hasta incendios hay donde antes había agua”

Para 2023 desapareció la mayor parte húmeda de La Laguna de Zumpango, lo que dio paso a un escenario dominado por la basura, maleza, y miles de toneladas de lirio acuático 

Eulalio Victoria

Zumpango, EDOMEX. El 23 de junio de 2003 fue emitida en la Gaceta de Gobierno del Estado de México la declaratoria de Parque estatal para la Protección y Fomento del Santuario del Agua Laguna de Zumpango, pero 21 años después este cuerpo de agua prácticamente no existe. 

Desde 2022 los habitantes de la zona alertaron a las autoridades que el cuerpo de agua, de casi 4 mil hectáreas, se estaba secando. Para entonces ya era evidente la ausencia de aves migratorias, la muerte masiva de peces y la invasión de lirio acuático. 

Para 2023 desapareció la mayor parte húmeda de La Laguna de Zumpango, lo que dio paso a un escenario dominado por la basura, maleza, y miles de toneladas de lirio acuático que  peligrosamente disimula concentraciones de fango de hasta 10 metros de profundidad. 

Las tolvaneras ahora recorren furiosas lo que fuera un concurrido centro turístico en la periferia del Valle de México, donde los visitantes podían disfrutar de un viaje en lancha, escuchar música, comer carpas recién pescadas y degustar bebidas típicas de la región como el pulque. Lo que fuera un embarcadero, hoy se reduce a lanchas desvencijadas, techos y paredes cubiertas casi en su totalidad por maleza. 

“Nadie hizo caso de nuestras denuncias, y ahora hasta incendios hay donde antes había agua”, afirman comerciantes y vecinos, principalmente del municipio de Zumpango, quienes se beneficiaban del turismo que cada fin de semana les dejaba una importante derrama económica, y ahora tiene que lidiar con la maleza seca, porque las sequía y las altas temperaturas la convierten en un material muy inflamable. 

El decreto emitido por el gobernador priista Arturo Montiel Rojas, también fijó el plan de manejo, conservación y protección de la zona, y puntualizó que los responsables de hacer cumplir los objetivos eran los tres niveles de gobierno.   

Asimismo, exigía asegurar la sustentabilidad ambiental y social de los habitantes de Zumpango, Cuautitlán Izcalli, Cuautitlán, Nextlalpan, Tepotzotlán, Coyotepec, Huehuetoca y Tequixquiac.

Por su capacidad de almacenamiento de 100 millones de metros cúbicos de agua, la Laguna de Zumpango era considerado un vaso regulador y uno de los principales recargadores de mantos freáticos de la región, y por su extensión   era regulador de temperatura, captador de dióxido de carbon, y daba refugio a miles de patos, pelícanos y garzas, que cada año migran, algunos desde Canadá, hasta Centro y Sudamérica.

Sin embargo, al parecer la cuenca hídrica perdió la guerra que sostenía desde hace más de una década contra una plaga de lirio acuático, la sequía, y a decir de agricultores y funcionarios, un ineficaz  manejo de la gestión del agua.

Hoy, a unas semanas de que se cumplan 21 años de la declaratoria de Parque estatal para la Protección y Fomento del Santuario del Agua Laguna de Zumpango, que también contempla recuperar el embalse para la captación y almacenamiento de agua pluvial y propiciar la recarga de mantos freáticos, los habitantes de la zona piden ayuda a los tres niveles de gobierno, particularmente a la Conagua, para revertir la desecación de la ancestral laguna.

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